Los Mejores consejos para practicar Ejercicio Fisico en Invierno de forma segura.
Llegó el invierno y, con él, el frío, los excesos navideños y los buenos propósitos para el año nuevo. Desde Fisio CES queremos ofreceros algunos consejos para afrontar la práctica de ejercicio fisico en invierno.
Además de abrigarnos bien para soportar las nuevas condiciones meteorológicas, debemos aumentar la vigilancia cuando caminemos o hagamos ejercicio por la calle. Las hojas caídas de los árboles, la lluvia, el viento, el hielo y la nieve son factores que favorecen las caídas y los traumatismos más o menos graves (golpes, moratones, esguinces y fracturas).
También debemos prestar especial atención a la ingesta frecuente de líquidos, preferiblemente calientes, ya que nos van a ayudar a mantener la temperatura corporal frente al frío ambiental, al tiempo que evitan la deshidratación y la retención de líquidos, favoreciendo la eliminación de toxinas (especialmente después de los excesos navideños).
Junto a estas precauciones básicas, es importante mantener unas pautas mínimas diarias de ejercicio físico en invierno, que nos van a ayudar a mejorar la circulación sanguínea (facilitando una correcta nutrición y oxigenación de los tejidos corporales y la eliminación de toxinas acumuladas), a conseguir una mejor movilidad y a fortalecer el cuerpo frente a las agresiones del medio ambiente.
De todos los fenómenos meteorológicos típicos del invierno, el que más nos afecta en el día a día y durante la realización de ejercicio físico es el frío y las partes del cuerpo que más lo sufren son los músculos y las articulaciones.
Con el frío, los músculos se contraen, en parte para mantener una posición de mínima exposición corporal y en parte para generar calor. Pero la contracción muscular continua hace que los tendones pierdan flexibilidad y aumente la presión sobre las articulaciones, lo que se traduce en rigidez articular, reducción de la fuerza y torpeza de movimientos.
Esta situación se ve agravada por el hecho de que la mayoría de nuestras articulaciones son sinoviales, es decir, que contienen un líquido, denominado sinovia, que normalmente facilita el movimiento articular, pero que es sensible a las temperaturas, aumentando su viscosidad en presencia de frío, lo que ralentiza el proceso de funcionamiento correcto de las articulaciones.
El frío también exige un aumento del gasto calórico para mantener la temperatura corporal constante. En estas condiciones, la contracción muscular continua, que también exige un importante consumo energético, provoca lo que se denomina crisis energética muscular, una de las principales causas del síndrome de dolor miofascial y de la generación de puntos gatillo que provocan dolores referidos en zonas corporales distales a las zonas musculares contracturadas. Por eso no es difícil encontrar personas que, en esta época del año, refieren dolores generalizados en todo el cuerpo.
En definitiva, desde Fisio CES os recomendamos unas pautas diarias de ejercicio físico en invierno, que comenzarán con una fase de calentamiento adecuado (más larga cuanto más frío haga), una fase de actividad física progresiva (para evitar sobrecargas y lesiones articulares), evitando forzar los rangos de movimiento naturales de cada articulación, y una fase de estiramientos para favorecer una suave vuelta a la actividad normal del cuerpo.
Para terminar, hay que abrigarse bien inmediatamente después del ejercicio y rehidratar el cuerpo con alguna bebida caliente. Hay un viejo refrán nórdico que dice: “no hay inviernos fríos, sino ropa inadecuada”. Así que a abrigarse y a seguir realizando ejercicio físico … con cabeza.
Photo credit: Hernan Piñera via Visual Hunt / CC BY-SA