Causas por las que la lumbalgia o el dolor de espalda es mas frecuente en invierno
Causas por las que la lumbalgia o el dolor de espalda es mas frecuente en invierno

Hay lesiones más frecuentes en unas estaciones que en otras y la lumbalgia adquiere mucho protagonismo en el invierno

La lumbalgia es mas frecuente en invierno, ya que los problemas de espalda son mas frecuentes que en otras estaciones del año.

La experiencia y el trabajo diario con pacientes, nos demuestra que en cambios estacionales (sobre todo el paso del otoño al invierno) las patologías que son de alguna manera más crónicas, tienen un incremento de las molestias y el dolor.

Actualmente, no existe ningún tipo de explicación científica que nos aclare a que se debe este hecho. La práctica nos hace sospechar que los cambios de temperatura tienen una gran influencia en este sentido.

Así personas con artrosis, artritis o fibromialgia se encuentran peor en épocas donde las temperaturas son mas bajas que en otras épocas del año. Parece que la explicación es mucho más sencilla y tiene que ver mas con la práctica, que con no con grandes teorías. Como ya hemos dicho con anterioridad, el frío y el dolor de espalda no se llevan bien. Vamos a tratar de explicar por qué y de que manera podemos evitarlo o cuando menos, mitigarlo.

¿Por qué hay más lumbalgia en Invierno?

Fundamentalmente, hay dos causas por las que el dolor de espalda aumenta en invierno.

1.- Los cambios de temperatura entre ambientes cerrados y ambientes externos.

Por ejemplo, al ir por la calle paseando, entrar en algún establecimiento donde la temperatura esta demasiado alta y volver a salir a la calle. Estos va a provocar que sea mas fácil la aparición de molestias. Pasamos del frío extremo al calor y viceversa en muy poco tiempo y al cuerpo no le damos tiempo a adaptarse a los cambios de temperatura. Del mismo modo, las corrientes de aire frías o calientes, van a provocar la posible aparición de contracturas, especialmente, en el cuello y zonas altas de la espalda que son las zonas más expuestas.

2.- Los cambios posturales derivados de la percepción de frió

El frío provoca que inconscientemente, modifiquemos nuestra postura con acciones como elevar los hombros, encorvar el cuerpo o agachar la cabeza. Con estas posturas ponemos el cuerpo en tensión para mitigar los efectos que nos genera el frió. Además, en casos de temperaturas extremadamente bajas, al perder temperatura el organismo responde contrayendo la musculatura para generar calor. De ahi proviene el que en esas circunstancias extremadamente adversas para el organismo, el cuerpo se auto-proteja “tiritando”.

Esa “tiritona” se produce cuando la piel se enfría y, por lo tanto, los receptores de temperatura que hay en ella terminan mandando una señal al cerebro para que intente aumentar la temperatura del cuerpo. El mismo, emite una respuesta que provoca espasmos por los que los músculos se contraen rápidamente para producir calor. Digamos que es un mecanismo de auto-defensa corporal, en su lucha para combatir el frío. Estas contracciones corporales de por si no tienen ningún perjuicio, pero si la situación se mantiene en el tiempo estas contracciones involuntarias consumen una gran cantidad de energía, lo que puede facilitar la aparición de contracturas. Por eso puede ocurrirnos que tras una jornada de paseos por la calle, por ejemplo, tengamos la sensación de encontrarnos muy cansados.

Debemos tener en consideración que con el frío, las articulaciones se vuelven más rígidas, aumentando la presión y, por tanto, el dolor. Podemos incluso perder en parte, la movilidad de las mismas.

Algunas recomendaciones para prevenir la lumbalgia y el dolor de espalda

Aunque puedan parecer consejos obvios vamos a haceros varias indicaciones para evitar posibles contracturas y lesiones por el frío:

  • Trata de vestir ropa ligera y usar varias capas para que, si en un determinado momento tengas calor en un ambiente cerrado puedas quitarte alguna prenda.
  • Evita corrientes de aire (también del aire acondicionado en verano) que provoquen cambios de temperatura bruscos y usa bufandas o pañuelos que te protejan el cuello y la parte alta de la espalda.
  • Mantener una buena alimentación, a través de la cual tengamos asegurado un aporte de calorías que nos permita conservar, más fácilmente, una temperatura adecuada para nuestro cuerpo.

Ademas, si practicas deporte al aire libre en invierno, te recomendamos que leas nuestro articulo con “Los Mejores consejos para practicar deporte en Invierno”

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En definitiva, siguiendo una serie de pautas como las anteriormente descritas evitaremos dolores de espalda, la lumbalgia y todo tipo de lesiones que puedan provocarse o agudizarse en invierno.

Y, por supuesto, si tienes algún problema, estamos a tu disposición en cualquiera de nuestras Clínicas para darle una respuesta a cualquiera de tus dudas.