La Reflexología Podal es un arte terapéutico utilizado en la mayoría de las medicinas tradicionales.
Alrededor de todo el mundo y desde hace cientos de años, se ha practicado la Reflexologia. Las primeras manifestaciones aparecen en pinturas egipcias, aunque tambien existe información acerca del uso de estas técnicas en la antigua China y en tribus del continente americano.
La Reflexología moderna nace en los primeros años del siglo XX gracias a los trabajos del médico estadounidense William Fitzgerald, que observó que la aplicación de cierta presión en áreas concretas de pies y manos provocaba efectos anestésicos en otras partes del cuerpo. Con estos trabajos, estableció que el cuerpo humano esta atravesado de arriba a abajo, por diez meridianos, cinco en cada mitad del cuerpo, y demostró que hay una relación directa entre las diferentes áreas y órganos del cuerpo.
Los pies tienen una serie de zonas y puntos que se relacionan directamente con distintas áreas y órganos de nuestro cuerpo. Un punto reflejo es un punto conectado con una parte distal del cuerpo y al presionar uno de estos puntos se obtiene una respuesta en su zona refleja. De esta manera, se pueden realizar tratamientos de cualquier parte del cuerpo o influir sobre la actividad de ciertos órganos a través de los pies, las manos, las orejas o la cara.
Como ocurre con otras medicinas naturales o alternativas, la Reflexología tiene como finalidad tratar al hombre y sus manifestaciones (enfermedades) de forma holística, es decir, atendiendo a las causas y los efectos de los desequilibrios energéticos, emocionales y espirituales. Por medio de la Reflexología ponemos en acción un sistema que libera de las tensiones que el cuerpo está sufriendo y facilita la recuperación del flujo normal de energía, volviendo gradualmente al equilibrio natural que es necesario para disfrutar de una salud perfecta.
La Reflexología Podal es una terapia manual muy agradable de recibir, que combina presiones y deslizamientos para inducir la autorregulación del propio organismo y facilitar así el reencuentro con la salud y el bienestar. La intensidad de las presiones que se aplican durante el tratamiento vendrá determinada por la sensibilidad y la percepción del paciente, comenzando por masajes suaves y, a medida que la tensión cede, incrementando progresivamente la intensidad.
Con la Reflexología Podal conseguimos:
– Liberar la tensión muscular y articular de los pies y, a través de éstos, de toda la estructura corporal a la que prestan apoyo, proporcionando un agradable efecto relajante que reduce el estrés físico, emocional y mental.
– Mejorar la circulación sanguínea y linfática, colaborando a la eliminación de toxinas y optimizando el aporte de nutrientes a las células.
– Potenciar el metabolismo corporal, equilibrando los diferentes sistemas orgánicos, facilitando la circulación de la energía vital por todo el cuerpo y reforzando el sistema inmunitario.